10 de septiembre de 2009

La enseñanza del maestro


Había llegado a oídos de un pueblo la noticia de un tal Nasrudín (Maestro del Sufismo) había cambiado para mejor la vida en todos los que escuchaban sus enseñanzas. Los 1700 habitantes del pueblo insitieron tanto en que Nasrudín los visitara. que finalmente éste accedió a dar la conferencia que pedían.
Nasrudín citó a la gente a las dos de la tarde. El lugar era para mil personas y como acudió todo el pueblo setecientos estaban de pie. Todos llenos de expectativas y muy ansiosos por escuhar al sabio maestro. A las dos en punto sale un asistente de Nasrudín al escenario avisando que por motivos de fuerza mayor la conferencia se atrasaría dos horas.

Algunos se retiraron indignados, pero la sala continuaba repleta. Después de las cuatro de la tarde la gente empezó a rezongar y de apoco empezaron a retirarse muy enojados. La cosa es que de las 1700 personas, sólo permanecieron cien en la sala.
Hasta que el fin aparece Nasrudín que aparentemente borracho empieza a tirarse lances con una espectadora de la primera fila. El público lo empezó a silbar y a insultar, hasta que Nasrudín cayó desplomado en el escenario. La gente se fue retirando con insultos y sólo nueve permanecieron sentadas.
Entonces, cuando hubo absoluto silencio Nasrudín se levanto en perfecto estado de sobriedad, sacudió sus ropas y miranbdo con ternura a los nueve espectadores que quedaban les dijo: "Con ustedes quería hablar; pasaron por las dos pruebas más duras en el camino esperitual: la paciencia para esperar el momento adecuado y el coraje de no decepcionarse con lo que habéis encontrado".
¿Qué hubieras hecho vos? Sos parte de los nueve que se quedarón? O te decepcionás ante la primera impresión?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario